Quiénes son las víctimas del nuevo juicio por el genocidio del oeste del conurbano bonaerense
Por el Centro clandestino de detención y tormentos que funcionó en la Brigada de Investigaciones de San Justo pasaron cientos de detenidos. Estaba ubicada en la calle Salta N° 2450, de la esa ciudad, contigua a la Comisaría N° 1 de La Matanza (actualmente, se halla la Delegación Departamental de Investigaciones de ese distrito). El lugar fue utilizado como centro clandestino para confinar a perseguidos políticos. Dentro del edificio se utilizaron los calabozos de la planta baja y tres habitaciones de la planta alta del edificio.
Era el primer lugar al que trasladaban a la mayoría de las víctimas que pasaron por ese sitio, que, por lo tanto, era el lugar en el que eran registradas. Pero además, en ese mismo sitio eran sometidas a torturas físicas y a interrogatorios.
Finalmente, el destino de las víctimas que pasaron por allí no fue siempre el mismo. Algunos de los detenidos fueron liberados desde ese mismo lugar, otros fueron traslados a otros centros clandestinos de detención, algunos pasaron a disposición del PEN en Unidades Penitenciarias como Devoto, Unidad 9 de La Plata o Rawson y otros aún permanecen desaparecidos.
#DerechosHumanos l Brigada de San Justo: Se reanudan los juicios por #genocidio en La Plata con un nuevo civil en el banquillo l #Etchecolatz, otra vez entre los imputados l https://t.co/f1uyab2aoA pic.twitter.com/Wf7uwHs9pp
— El Teclado (@ElTecladoOK) 31 de julio de 2018
La Brigada de San Justo incluye varios ejes de la represión de la dictadura. Obreros y sindicalistas, estudiantes secundarios, movimientos sociales, además de la persecución a militantes políticos. Además, fue una de las bases de coordinación de la Operación Cóndor, el plan de coordinación de acciones entre las cúpulas de las dictaduras del Cono Sur, que consistió en el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países y desaparición o asesinato de personas consideradas por dichos regímenes como «subversivas del orden instaurado, o contrarias a su política o ideológía.
Aquí contamos solo algunas de las historias de las víctimas.
[PERSECUCIÓN A OBREROS Y SINDICALISTAS]
Alejandro García era el tesorero del gremio SMATA. Estuvo detenido ilegalmente, con otro compañero del sindicato, entre el 23 de marzo de 1976 y el 13 de abril del mismo año.
Juan José Martín fue secuestrado mientras se encontraba trabajando en la Empresa Mercedes Benz, donde era delegado gremial el día 29 de abril de 1976. De allí lo llevaron a su casa, donde los captores ingresaron y revisaron todo, mostrando una extrema violencia, y luego de pasar por el Regimiento 3 de Infantería, lo trasladaron a la Brigada de Investigaciones de San Justo. Estuvo detenido hasta el 17 de mayo de 1976, cuando fue liberado.
José Reinaldo Rizzo trabajaba en la fábrica metalúrgica CEGELEC en la que era delegado sindical de la UOM. Lo secuestraron de su casa el 17 de noviembre de 1976 y pasó cerca de 45 días secuestrado entre la Brigada de San Justo y luego fue trasladado a la Brigada de Avellaneda, junto con Ricardo Chidichimo y Ricardo Lafleur (que continúan desaparecidos) para el mes de noviembre de 1976. Los restos de la víctima fueron identificados en 2010 por el Equipo Argentino de Antropología Forense, luego de ser exhumados del cementerio de Gral. Villegas, de Isidro Casanova. Se pudo determinar que falleció el 31 de diciembre de 1976, junto con otras 4 personas, por heridas de armas de fuego, con quienes fue encontrado en la vía pública.
[LA OTRA NOCHE DE LOS LÁPICES. LOS PIBES DE LA UES]
Sonia Von Schmeling, Marcelo Moglie, Enrique Rodríguez, Ricardo Pérez y los hermanos Jorge Luis y Alejandro Fernández eran militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de Ituzaingó. Todos ellos, junto a otros compañeros, fueron detenidos entre el 16 y el 28 de septiembre de 1977 en la zona oeste del conurbano bonaerense (Castelar/Ituzaingó). Durante ese período también fue detenido Alejandro Aibar, militante de la UES en Moreno.
A su vez, Hermann Von Schmeling, padre de Sonia, también fue secuestrado el 15 de noviembre de 1977 y los padres de Enrique Rodríguez, Epifania y Juan, asesinados el 16 de septiembre el día de su secuestro. También fue secuestrado el padre de Adriana, Manuel Ángel Martín.
Otro grupo de militantes de la UES del partido de 3 de Febrero, los hermanos Osvaldo y Ernesto Corrales fueron secuestrados el 7 de septiembre. Todos fueron llevados a la Brigada de San Justo, y según el testimonio de Adriana Martín, el grupo de Ituzaingó fue trasladado el 28 de diciembre con rumbo desconocido.
Todos ellos permanecen desaparecidos.
Adriana Cristina Martín militaba en Montoneros y en la UES, y era presidenta del centro de estudiantes de su colegio. Fue secuestrada por primera vez el 16 de diciembre de 1976. En esa ocasión la trasladaron a la Comisaría de Castelar, y luego recuperó su libertad. Más adelante, el día 29 de septiembre de 1977, cuando sólo tenía 15 años de edad, fue secuestrada nuevamente, y, en esta oportunidad, la llevaron a la Brigada de Investigaciones de San Justo, donde estuvo hasta el 30 de enero de 1978, cuando recuperó su libertad.
En una de las sesiones de tortura se encontró con muchos de sus compañeros, quienes estaban pegados contra la pared, esperando su turno para ser torturados, todos “destabicados”. Los habían llevado allí para que vieran cómo se torturaba a los otros. Allí, Adriana pudo reconocer a Fabián Aibar, Marcelo Moglie, a Ricardo Pérez, a Jorge Fernández y a su hermano Juan, a Enrique Rodríguez, y Sonia Von Schmeling, entre otros.
Por momentos podía comunicarse con sus compañeros de detención y así tuvo la posibilidad de conocer al resto de la gente que se encontraba detenida en la Brigada entre los que se encontraban Claudia Kohn, Roxana Kohn, Rubén Enrique Cabral, su padre Manuel Ángel Martín, y al padre de Sonia, Herman Von Schmeling.
El día 28 de diciembre de 1977 la sacaron por unas horas de la Brigada y la llevaron a un descampado, donde la sometieron a un simulacro de fusilamiento. Al regresar la alojaron en una celda grande y se dio cuenta que se habían llevado del lugar a todos sus compañeros de cautiverio, y que solo habían quedado presos comunes.
Ernesto Lorenzo Corrales tenía 18 años y le decían “Topo”. Fue secuestrado de su casa en Loma Hermosa, partido de Tres de Febrero, según denunció su madre Elsa Olivera, el 7 septiembre de 1977 y permaneció detenido al menos hasta fines de ese mismo mes y año.
Seis días después, el 13 septiembre de 1977, secuestraron a su hermano Osvaldo Raúl Corrales, de 19 años a quien le decían “Café”, como denunció su madre Elsa Olivera.
Estaba cumpliendo con el servicio militar obligatorio en Campo de Mayo en la compañía de Ingenieros de Agua 601. Permaneció detenido al menos hasta fines de ese mismo mes y año.
El día 16 de septiembre de 1977 Las fuerzas represivas cercaron la casa de la familia Rodríguez, en la calle 4 de septiembre 2270 en Hurlingham, y hubo tiroteo. Secuestraron a Enrique Ricardo Rodríguez, conocido también como “Pluma”, y a su compañero Ricardo Pérez, 21 años, conocido también como “Polenta”. En su intento por resistir el secuestro de su hijo “Pluma” y de su compañero “Polenta”, asesinaron a Juan Ventura Rodríguez y Elda “Fanny” Rodríguez. Dos días después del secuestro de los pibes y del crimen de los padres de Enrique, dos camiones de las FF.AA. robaron todas las pertenencias de la casa
Los jóvenes permanecieron detenidos en San Justo al menos hasta finales de diciembre de 1977.
Jorge Luís Fernández, de 16 años y su hermano Juan Alejandro Fernández, de 17 años fueron secuestrados el 19 de septiembre de 1977 por un grupo de hombres fuertemente armados que rodeó la casa de la familia en Ituzaingó antes de allanarla. Cuando identificaron a Juan Alejandro, le indicaron que se vistiera para llevárselo. Su padre pidió que le permitieran acompañarlos, pero mientras se vestía, los efectivos se retiraron. Volvieron a los 15 minutos y procedieron a detener a otro hermano, Jorge Luis. Se los llevaron asegurando que los devolverían. Permanecieron en San Justo por lo menos hasta el 30 de enero de 1978. Ambos participaban en la UES del Colegio “San Francisco Solano” de Ituzaingó, provincia de Buenos Aires.
Ese mismo día 19 de septiembre de 1977 fue secuestrado de su casa de Castelar, en el partido de Morón, Marcelo Roberto Moglie que tenía 18 años y le decían “Chelo”. Iba al Colegio Nuestra Señora de Lourdes, en Villa Udaondo, partido de Castelar con Sonia Von Schmeling. Permaneció detenido en San Justo al menos hasta finales de diciembre de 1977.
Alejandro Fabián Aibar tenía 18 años y era estudiante del turno noche del Colegio Nacional Manuel Belgrano de Merlo donde militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Lo llamaban “Indio”. Según denunció su madre Sergia Paolini de Aibar, un grupo de personas vestidos con ropas civiles y militares fuertemente armados en su domicilio en el barrio de Pompeya de Merlo y se llevaron de allí a Alejandro. Era el 20 de septiembre de 1977. Permaneció detenido en San Justo al menos hasta finales de diciembre de 1977.
A Sonia Von Schmeling, de 16 años, le decían “La Negrita”. Concurría al Colegio Nuestra Señora de Lourdes, en Villa Udaondo, partido de Castelar y militaba en la UES. Fue secuestrada el 28 de septiembre de 1977 y permaneció detenida en San Justo al menos hasta finales de diciembre de 1977.
[PLAN CÓNDOR]
María Asunción Artigas Nilo era Uruguaya, tenía 26 años, estaba embarazada y vivía junto a su esposo Alfredo Moyano, de 21 años, en Berazategui. El 30 de diciembre de 1977 a las 3 de la mañana, personas fuertemente armadas irrumpieron sorpresivamente en el domicilio, los secuestraron y se los llevaron encapuchados. Horas más tarde de finalizado el operativo en un camión cargaron todas las pertenencias y desvalijaron la casa. En el mes de mayo de 1978 la casa fue visitada nuevamente por personal del ejército uniformado. En el operativo estuvieron envueltos el ejército argentino y uruguayo y la policía federal.
María y su esposo pasaron la mayor parte de sus cautiverios alojados en los CCD “Pozo de Banfield” y “Pozo de Quilmes”, pero se pudo determinar un breve paso por la Brigada de San Justo entre los meses de febrero y abril de 1978, aproximadamente, según se desprende de los testimonios de sus compañeros de cautiverio. Victoria Moyano Artigas nació en el Pozo de Banfield el 25 de agosto de 1978. El médico Jorge Vidal falsificó su certificado de nacimiento y la beba fue dada al policía Víctor Penna y a su mujer María Elena Mauriño. En 1987 fue recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo. María Asunción Artigas Nilo de Moyano permanece desaparecida.
A Mónica Sofía Grinspon la llamaban “Yoyo” o “Flaca” y a Claudio Ernesto Logares le decían "Piru" o "Pirulo". Militaban en columna oeste de la organización Montoneros. Tenían 23 y 22 años respectivamente cuando fueron secuestrados el 18 de mayo de 1978 junto a su hija Paula, que por entonces tenía veintitrés meses, en Montevideo. Además. Mónica estaba embarazada.
Fueron trasladados a la Brigada de San Justo y Paula Eva fue apropiada por el Subcomisario Rubén Lavallén, que la anotó como propia, con la colaboración del médico Jorge Vidal. Su abuela Elsa Pavón la ubicó en poder de los apropiadores en 1982, pero recién logró que Paula Eva recuperara su identidad en 1984. Con ella se utilizaron por primera vez las pruebas de ADN que finalmente se convirtieron en una herramienta indiscutible.
Ambos fueron trasladados a mediados de junio de 1978 al “Pozo de Banfield”, donde permanecieron unos días, hasta que fueron trasladaos con rumbo desconocido. Tanto Mónica, como Claudio y el hijx que debió nacer durante el cautiverio de sus padres, permanecen desaparecidos.
[ORGANIZACIONES SOCIALES BARRIALES]
Desde el comienzo de la década del ´70 en La Matanza se comenzaron a dar experiencias de organizaciones sociales y vecinales de mucha potencia en la que familias sin techo promovieron una gigantesca movilización para conquistar el derecho a una vivienda digna. En ese camino, se construyó una vigorosa organización democrática de los vecinos, con delegados por monoblock y una junta vecinal de alta representatividad. Entre ellas, la que se dio en el Complejo de Vivienda de Crovara y Camino de Cintura.
Un pilar importante fue la participación de las mujeres, entre las que se destacó Cirila Benítez, de nacionalidad paraguaya, que fue elegida como presidenta de la comisión de madres, que con la Junta Vecinal del Complejo Habitacional n° 17, del barrio de La Tablada, promovieron la creación del Centro de Salud de carácter comunitario que dirigía el Dr. Norberto Liwski, la Escuela de Formación de Promotores Comunitarios de Salud, y una guardería, entre otros emprendimientos. Cirila era además, era la esposa de Aureliano Araujo, el presidente de la Junta Vecinal.
El 26 de marzo de 1976, a sólo dos días del golpe de Estado militar. Cirila estaba en su casa, que compartía con su esposo Aureliano y su cuñada Olga Vicenta Araujo, cuando ingresaron hombres armados, que golpearon a las dos mujeres y se las llevaron detenidas, posiblemente al CCD conocido como “Puente 12” (que funcionó en la División Cuatrerismo de Policía de la provincia de Buenos Aires, en Camino de Cintura y Autopista Richieri) en La Matanza. Al cabo de seis días, Olga recuperó su libertad pero Cirila fue llevada para su tortura a la Brigada de San Justo, donde estuvo 45 días antes de pasar a disposición del Poder Ejecutivo detenida en una unidad penitenciaria. Al día siguiente, fuerzas uniformadas desvalijaron varios domicilios, entre ellos el dispensario del Dr. Liwsky, secuestrando a Mario Portela, delegado de la Junta Vecinal, quien aparece muerto doce horas más tarde.
Ante la amenaza, con alta posibilidad de concreción, por parte del PEN de deportar a Paraguay a Cirila Benítez, al cumplirse dos años de su detención, el 26 de marzo de 1978 se organizó una misa para exigir su libertad con fuerte concurrencia de los habitantes de barrio. La respuesta de la comunidad fue masiva, dato que no pasó desapercibido por el poder represor.
Los profesionales que fueron conformando el equipo de salud y educación, no fueron ajenos al terrorismo de Estado y siguieron el mismo camino que sus vecinos. Ese día, al término del oficio religioso, a la salida de la catedral de San Justo, fueron secuestrados Olga Araujo (por segunda vez) y su primo Estanislao Araujo, que también integraba la Junta vecinal. También fueron detenidos María Amalia Marrón, que integraba la Junta y quien era su pareja el médico del centro comunitario Raúl Eduardo Petruch, Alberto Oscar Manfredi, Elisa Haydeé Moreno e Ismael Zarza.
Al día siguiente fue secuestrado el secretario de actas de la Junta que también había concurrido a la misa, Rodolfo Atilio Barberán. El 29 de marzo corrieron la misma suerte otro de los médicos del centro de salud, Jorge Eduardo Heuman y otro integrante de la Junta, Carlos Prieto.
Pero la persecución hacia la organización social y popular no cesó. El 5 de abril fueron secuestrados los médicos del centro de salud Francisco García Fernández y quien era su directo, Norberto Liwski, junto con su esposa, Hilda Ereñú. Tres días después, el 8 de abril fue detenido el presidente de la Junta vecinal, Aureliano Araujo, junto a su hermana Lina Araujo, y el esposo es ella, Abel De león, que también formaban parte de la organización. Finalmente, el 18 de abril fue secuestrado el abogado Miguel Berenstein, que estaba asesorando a las familias que reclamaban por la vida y la libertad de quienes habían sido secuestrados y detenidos, presentando habeas corpus para lograr la liberación. Diecisiete personas detenidas-desaparecidas por participar de una organización popular.
Lo cierto es que Cirila fue “beneficiada” con una deportación “transfigurada”, es decir, debía dejar el país de residencia, Argentina, y lo hizo en calidad de refugiada y desde entonces reside en Holanda. [El Teclado]