A Nelly Gamboa nada la conforma. “Puedo estar un poco más tranquila, pero yo quiero una justicia completa”, dijo hoy ante un grupo de personas que habían ido a apoyar su lucha y a celebrar de alguna manera lo que es un paso en su infranqueable lucha.
Su hija Sandra viajó a La Plata desde Perú para estudiar Enfermería. En febrero de 2007, fue a una entrevista de trabajo. La cita fue en la sede de Rentas (hoy Arba), ubicada en calle 7 entre 45 y 46. Pleno centro platense.
Eso fue lo último que Nelly supo de su hija.
Pasó una semana. El 22 de febrero encontraron el cuerpo.
Esta mañana se inauguró en ese lugar que vio entrar por última vez a la joven, lo que será una nueva sede del ministerio de Economía y que lleva su nombre: Casa Sandra Ayala Gamboa, dice en el tope del edificio. Allí, además, funcionará una oficina de asistencia a las mujeres víctimas de violencia.
“Hay promesas que hay que cumplir. Hay amores que hacen un logro, como este. Once años y siete meses peleando, pero se logró que este edificio llevara el nombre de Sandra”, dijo Nelly entre lágrimas.
Sandra fue violada y asesinada. En su cuerpo se encontraron cuatro perfiles de ADN y una colilla de cigarrillo que sirvió para dar con el único detenido de una causa express: Diego Cadícamo, a quien se le anexaron otras ocho violaciones. El fiscal fue el polémico Cartasegna, quien se encargó de archivar la investigación contra los policías involucrados en el caso.
“Estas oficinas son parte de los sueños de Sandra, de querer ayudar a las mujeres. Y mi promesa fue, cuando la enterraron, que nadie la iba a olvidar. A mí nada me conforma. Puedo estar un poco más tranquila, pero yo quiero una justicia completa. Hay mucho por hacer”, agregó.
“A mí nadie me regaló esta oficina. Nadie puso gratis su nombre allá arriba. Sandra vive y vivirá para siempre aquí, en esta dependencia del Estado. Desde aquí haremos escuchar las voces desde todas las mujeres que no están. Desde Casa Sandra Ayala Gamboa”. Presente. [El Teclado]