[ROQUE PÉREZ]

El emotivo mensaje que le escribió un roqueperense al intendente Gasparini: "No me afloje alcalde"

Lunes, 01 de Octubre del 2018 - 09:13 hs.

Me acuerdo que era pibito y la primer relación u contacto que tuve con el sobrenombre “chinchulín”, fue un día que mi vieja me llevo al hospital.
A esa edad ya empezaba a escuchar conversaciones ajenas como todo pibito. Mi vieja charlaba con otra señora y yo paraba la oreja. Lo que más recuerdo de la conversación fue la frase: 'Chinchulín consiguió remedios para el hospital'. Me quede con eso.

Me atendió el doctor, mi vieja se acerco a una puerta, le dieron sin que pague un mango los medicamentos, y nos fuimos.

Mientras la vieja me llevaba en su bicicleta, porque pedaleaba lindo en esa época llevándonos para todos lados, yo iba pensando:

-“Quien es ese Chinchulin?, Me dieron los remedios gracias a el?, como consigue una persona remedios?, hace remedios?, debe ser buena persona ese hombre…me gustan los chinchulines.”
 


Recuerdo más de grande, cuando se postulo para intendente, la costumbre de escuchar conversaciones ajenas se me había ido. Pero supe leer comentarios de red social, comentarios en cenas, reunión de ollas Essen etc. Muchos denigraban contra este señor por sus orígenes, por como hablaba, por la fidelidad de la gente que lo rodeaba…yo pensaba, porque no solo me dedicaba a pensar cuando era pibito y salía del hospital:

“Esta mal ser humilde?, es malo salir de calle de tierra?, que se coma alguna que otra “S”, pero que sea claro diciendo está mal?, que haya mucha gente fiel a el y lo tengan como referente está mal?, yo soy humilde, tengo que acostumbrarme a no soñar?…me cae bien Chinchulín…me gustan los chinchulines.

En aquellos tiempos entendí que a los tibios les duele el ascenso social, y que el origen de las personas, para algunos, demarca hasta donde podes pisar indiferentemente hablando de colores políticos, y si te rompes el lomo por pasar esa raya, suelen levantar su bandera imaginaria de OFF-SIDE y van a intentar bajarte con adjetivos crueles, carentes de importancia y denigrantes… que bueno ser distinto.

Hace 10 años que toco el bajo en bandas locales, nunca creí que sea bueno haciéndolo, pero me gusta y me sirve mucho como terapia. Recuerdo estar tocando alguna que otra tarde en alguna plaza o parque y verlo a Chinchu sentado en el pasto viéndonos, sonriendo.

Una tarde en el Centro Cultural, me bajaba de tocar con mi banda de amigos y me dio un abrazo, así como si nos conociéramos de toda la vida y me dijo:- “Chechito, ustedes nunca dejen de tocar, los pibes tienen que ver lo que ustedes hacen, ustedes son un buen ejemplo para que los pibes agarren la guitarra, a mi me encanta que hagan música. Y cada vez que necesites ayuda con lo que sea estamos a disposición”.

Yo recuerdo que por esos días estaba un poco cansado de la música, y algunos trajines de ese eco sistema…después de esa charla no me podía bajar y es el día de hoy que sigo molestando con mi bajo.

Yendo a un plano más triste, recuerdo que estuvo muy cerca para darnos un abrazo el día que nos falto alguien muy querido en la familia, esos gestos no valen guita, y los gestos que no valen guita son mucho más preciados y nos quedan como tatuaje en la conciencia.

Porque enumero estas anécdotas?, porque siento que alguien que nos inspiro a los que salimos de calle de tierra a sentir que podemos escalar en la sociedad por mas murmullos que se generen, pelear por estar mejor, luchar por lo que uno quiere: asi sea un viaje, una vivienda propia, un par de zapatillas que no pudimos tener de pibitos, merece las gracias como mínimo. Y no estoy haciendo política escribiendo…va mucho mas allá de eso. Y lo hago sabiendo que no todo el mundo va a entender mi finalidad. Pasa que personalmente me generan admiración aquellos que la remaron con nada para llegar a un sueño.

Me tomo este atrevimiento y desfachatez para decirle por escrito lo que le dije hace un par de meses en Meraki: “NO ME AFLOJE ALCALDE, LOS DE CALLE DE TIERRA LO NECESITAMOS MAS QUE NUNCA!”

…hoy ya con 32 años pienso como aquella mañana de invierno, hacia frio, la bici de mi vieja era anaranjada, ella pedaleaba conmigo en el portaequipaje, en su cartera estaban los remedios que yo necesitaba y mientras tanto yo pensaba: “Debe ser buena persona ese Chinchulín …me gustan los chinchulines”.

Firma: Checho Battista