El acto, encabezado por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, cerró con un total de medio millón de asistentes. En su discurso Tati Almeyda pidió: "No queremos convivir con los asesinos más sangrientos de la historia argentina. Nuestro pueblo ejemplar no merece ser condenado al olvido. Nunca más privilegios".
Nora Cortiñas recordó que “todavía hay más de 300 hombres y mujeres que viven bajo una identidad falsa. Todos nosotros continuamos buscándolos”. La integrante de Madres línea fundadora recordó que tras el fallo de la Corte Suprema, los represores pasaron a tener vía libre para pedir el beneficio en la conmutación de su pena.
Es el caso de Jorge Acosta, Alfredo Astiz, Jorge Rádice, Ricardo Cavallo y Adolfo Donda –entre otros-, todos pertenecientes a la patota de la ESMA. Sin contar el reciente fallo de la cámara de Casación bonaerense que otorgó al torturador de Jorge Julio López, Miguel Etchecolatz, el arresto domiciliario, aunque el mismo no podrá hacerse efectivo. En las últimas horas, el genocida también pidió beneficiarse con el 2x1.
Cortiñas advirtió que de seguir ese camino, “cientos de genocidas más que caminarían por las calles al lado nuestro, al lado de todos ustedes”. Por su parte, la titular de Abuelas Estela de Carlotto reflexionó: Lamentablemente la dictadura no es un hecho de un pasado lejano. Los hijos, los nietos, los bisnietos del pueblo argentino serán afectados por estos nuevos vientos de impunidad”.
“Sabemos que la democracia se construye entre todos, todos los días. Sumemos fuerza en esta lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Que la corporación judicial nos escuche, porque no claudicaremos en nuestro reclamo nacional e internacional por la defensa de los derechos conquistados”, aseveró.
Recordemos que en estos días se han tomado distintas medidas en repudio a la decisión del máximo tribunal argentino. Por un lado Marcelo Parrilli denunció a los jueces prevaricato –el acto de fallar a sabiendas de que es contra la Ley- y la cámara nacional de Diputados ya aprobó una normativa que limita el otorgamiento del beneficio del 2x1.
Hacia el final del acto, Carlotto expresó: “Haremos oír nuestra voz en todo el mundo. Aquí estamos en esta plaza, en las plazas de todo el país, alzando nuestra voz contra el olvido para poner un límite a esta provocación y gritar, con toda la fuerza: Señores jueces, nunca más, ningún genocida suelto”. En ese momento, las 500 mil personas que asistieron al acto levantaron sus pañuelos blancos y lo sostuvieron en el aire. Un símbolo de que a pesar de todo, la memoria no se negocia. [ET]