El intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, se conviritó en una piedra en el zapato de María Eugenia Vidal, y ya no lo disimulan. Hace unos días el jefe comunal se fue de un acto en el que debían participar juntos porque no le gustó la ubicación que le habían dado en el evento, y cuestionó duramente el trato recibido por el equipo de Gobernación. "A mí nadie me da órdenes en mi propia ciudad", dijo en ese momento para explicar el plantazo.

Ahora, sucedió un nuevo encontronazo entre la gobernadora y el intendente que es de su mismo espacio político (aunque no parezca). 
 

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En medio de una temporada de verano que no termina de remontar del todo como consecuencia de la crisis económica que afecta al país, Arroyo decidió eliminar a los teatros de la excención del pago de tasas de Publicidad y Propaganda; y Vidal no dudó en demostrarle su disconformidad, y le reprochó que “por segundo año consecutivo el gobierno de la Provincia ha realizado un profundo trabajo intersectorial para que la ciudad de Mar del Plata tenga una buena temporada, buscando generar nuevos puestos de trabajo y fomentando la actividad turística y cultural”.

Menciona que para eso desarrolló el programa Verano en la Provincia, “que presenta tres pilares fundamentales: playas públicas equipadas, accesibles y gratuitas; promoción del consumo mediante descuentos, acuerdos sectoriales, y oferta cultural gratuita y complementaria con la ya existente en la ciudad”.
 

[Carta enviada por Vidal a Arroyo]

En la misiva, Vidal le plantea que la modificación normativa que implementó el municipio “atenta contra el buen funcionamiento turístico y económico de la ciudad, y afecta la promoción de la industria del espectáculo y genera incertidumbre en un sector al que necesitamos pujante y creativo como viene siendo hasta ahora”.

Finalmente, “frente a esta situación y teniendo en cuenta el esfuerzo que venimos haciendo, le solicito se abstenga de implementar medidas que atenten contra el normal desarrollo de la actividad teatral y arbitre los medios para mantener la situación tributaria que el sector teatral ha tenido históricamente”. [El Teclado]