No desfilo
¿Por qué no desfilo con los militares?
Porque nos llevaron a una guerra contra uno de los ejércitos más poderosos del planeta, apoyados y asistidos por el más poderoso. Sin pedir permiso, sin opciones.
Porque en la guerra nos robaban la comida, nos estaqueaban, nos humillaban.
Porque de esa guerra cientos de compañeros no volvieron, miles volvimos con heridas que nos cambiarían la vida de ahí en más y cientos de compañeros que tuvieron la suerte de volver, no tuvieron la suerte de resistir, y también se fueron.
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Porque mientras estaba en una cama de hospital (con un clavo que atravesaba la tibia, al cual se agarraba una U, de donde salía un cable de acero que pasaba a través de unas poleas y en su otro extremo colgaba una pesa, para mantener la pierna estirada), a las 4 menos 5 pasaba un oficial arengando, con ese tono militar que ya no soportábamos más, que no éramos unos pobrecitos, sino que (por si alguno no lo había notado) éramos soldados heridos en combate, y que "OJO CON LO QUE HABLÁBAMOS". Claro, no vaya a ser que contemos cómo habían sido las cosas.
Porque mientras tanto, acá, en La Plata (y estimo que en todo el país) los militares no eran capaces de avisar a los padres y madres y hermanos y hermanas y esposas, que sus hijos o hermanos o esposos habían muerto en Malvinas. Claro, cómo iban a avisar si no sabían quiénes eran, si cuando murieron los compañeros ellos ya no estaban. Si hubo compañeros que fueron a buscar el documento y no lo encontraban porque estaba en un sobre junto a los documentos fallecidos
Y hago una aclaración antes que alguien me diga que no en todos los casos fue así. Ya lo sé, pero a mí, los que me fueron a buscar y los que me salvaron fueron mis compañeros, ni un solo militar. Y en todo caso lo que se juzga es lo que se hizo mal, el que hizo las cosas bien, hizo lo que tenía que hacer. No hay juicios por BUENA PRAXIS.
Porque fueron algunos compañeros los que informaron las desgracias a las familias, a algunas, otras sólo se fueron resignando con el tiempo.
Porque en 34 años nunca hicieron una auto crítica de lo que hicieron, nunca se hicieron cargo y siguieron ascendiéndose y jerarquizándose a su gusto, al punto que hoy veo coroneles y generales que ni siquiera merecerían ser militares.
Porque como dijo el compañero Serrano (QEPD) "Me deben tres. Me deben los compañeros, me deben la traición y me deben las islas".
Por eso yo no desfilo con los militares, ni ayer ni hoy ni mañana.
* Carlos "Cangui" Mercante es ex combatetiente de Malvinas. Este escrito fue publicado en la página del CECIM.