Randazzo o Cristina. PASO o unidad. Esas son las palabras que resuenan desde hace semanas en los oídos de los diferentes funcionarios y armadores que salieron a la cancha con el peronómetro en la mano.

Por estos días los ojos están puestos sobre Florencio Randazzo, el “caprichoso”. Aquel que en 2015 decidió bajarse de la carrera electoral porque no aceptó el lugar de candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. El que sabemos que ahora se candidatea, pero no da declaraciones a los medios.

Según el ex intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, al hombre de los trenes “le ofrecieron encabezar cualquier lista, pero hay un capricho, hay algo detrás que lo está manteniendo. Yo no sé si es Randazzo quien quiere la división o quienes lo rodean”. El ex barón del Conurbano se refiere a los arrepentidos del kirchnerismo.

Entre ellos, claro está, se encuentra Alberto Fernández, quien hace unos días exclamó: "La unidad existe, lo que no existe es la decisión nuestra de aceptar una lista única armada de espaldas a la gente”.

Esta semana trascendió que a Randazzo le ofrecieron encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales, dejando al silencioso Daniel Scioli en segundo lugar para el Senado. El ex ministro del Interior, no aceptó.

Se dijo también que no le habrían aceptado los avales presentados la semana pasada, y que desde la línea cristinista pensaron en cerrarle la interna.

También, corrió el runrún de que Fernando Espinoza le habría dicho a Julián Domínguez, ahora compañero de Randazzo, que "no los vamos a dejar jugar, es una orden directa de Cristina Kirchner”.

Lo cierto es, por otro lado, que las personas más cercanas al círculo íntimo de la ex presidenta Cristina Fernández aseguran que ella no quiere ser candidata. Sí sigue siendo reconocida como la referente más importante, pero hoy por hoy no la ven regresando a una banca en el Congreso una vez superadas las PASO (instancia ganada porque este sector apela a la unidad).

Si la ex mandataria se baja, se piensa en la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, quien este sábado encabeza en La Plata un acto con el ex ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak. Allí se espera alguna que otra definición.

Las elecciones primarias, abiertas, simultaneas y obligatorias fueron creadas por ley en 2009 por el entonces presidente Néstor Kirchner, para “ordenar el sistema de partidos políticos” luego de la derrota del Frente para la Victoria en manos de Francisco De Narváez.

El 2015 fueron un desastre. Al sinfín de candidatos a gobernador que querían su lugar en la boleta provincial, lo sucedió la retirada masiva, dejando unas elecciones para el olvido entre Alberto Fernández y Julián Domínguez que incluyeron todo tipo de reproches entre los candidatos; y dejándole el camino allanado al inesperado frente Cambiemos.

¿Son entonces las PASO aquella piedra de la leyenda de Sísifo, en la cual el personaje fue condenado por los dioses a subir la roca hasta la cima de la montaña para que esta vuelva a rodar hacia abajo, y así hasta la eternidad?. ¿Es el peronismo, prisonero de una ley creada para subsanar las grietas internas de su partido, que solo logra volver a resquebrajarse con cada elección?. [ET]