Según los fundamentos de la iniciativa, “se necesita un Tribunal donde el menor pueda ser escuchado y comprendido, para garantizarle la ejecución eficaz de los derechos de protección”.
En la apertura, la diputada nacional Cornelia Schmidt Liermann (Pro) aseguró que “tenemos que conseguir la defensa real y ejecutiva de los derechos de los más chicos y crearles figuras con valores para que tengan ilusión y esperanza”.
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Además, en su rol como presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados, la legisladora señaló que “necesitamos herramientas alternativas rápidas para ayudar a los que menos tienen”, ya que -aseveró- “cada día que pasa le estamos imposibilitando a un niño de poder estar mejor”.
“Es imprescindible avanzar para tener un Tribunal Internacional de los Derechos del Niño, ya que hay millones de niños y niñas migrantes, víctimas de adicciones, abusos y malos tratos”, reflexionó Schmidt Liermann.
[QUÉ PROPONE]
El proyecto está inspirado en una propuesta del doctor Carlos Romano y la referente en la lucha por los derechos del niño, Graciela Arias Uriburu, a través de su Fundación Niños Unidos por el Mundo.
Al respecto, Carlos Romano, experto internacional en Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, se refirió a la importancia de la creación de un Tribunal y en ese sentido, explicó: “Buscamos introducir esta creación como una forma de salvamento para construir una nueva funcionalidad del sistema internacional”. “Debemos llevar la voz de nuestros niños, y no lo que nosotros pensamos que necesitan, y tener un tribunal específico”, especificó.
En su primer artículo, el proyecto propone “declarar de interés de la política exterior de la República Argentina la promoción ante la comunidad internacional de la propuesta de creación de un Tribunal Internacional de los Derechos del Niño”.
En segundo lugar, se busca “promover que representantes de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial actúen ante los diversos organismos internacionales difundiendo la presente propuesta, en pos del respeto y la observancia de los derechos humanos”.
Por último, en el tercer artículo se encomienda a la comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados “la coordinación y elaboración de informes anuales sobre el estado de la propuesta y sus respectivos avances”.
El jurista argentino aseguró que “debemos instalar una institución supranacional capaz de establecer opinión consultiva vincular para los Estado, y de interactuar en aquellas situaciones donde se evidencia vulnerabilidad en derechos de infancia".
Luego, Gabriela Arias Uriburu, referente en la lucha por los Derechos del Niño, contó su vivencia personal cuando -hace más de 20 años- su ex marido se llevó a sus tres hijos a Jordania, su tierra natal. Debido a las leyes que rigen en ese país, la batalla judicial por la custodia de sus hijos se volvió sumamente compleja. Durante ese proceso, creó la Fundación Niños Unidos por el Mundo para ayudar a otras madres que viven lo mismo que ella padeció. “Yo me tuve que convertir en una madre de construcción de paz entre Occidente y Oriente para luchar por mis hijos”, recordó.
En ese sentido, Uriburu admitió que “este proyecto es un grito en medio de una humanidad que no termina de ver a los niños”, y, además –indicó- “los niños siguen siendo objetos y no sujetos de derechos”. [El Teclado]