Perdonalos Diego, no saben lo que hacen
Un presidente enfurecido invitando a pelear a un plateísta tras la certera definición de Nacho Scocco para consumar una nueva caida. Esa es la imagen de Gimnasia hoy. El bombero que intenta apagar el incendio con un bidón de nafta en la mano.
Gimnasia volvió a perder, eso ya no es noticia, pero lo más grave, acaso, no sea esa derrota deportiva si no, la otra, la derrota institucional. Los lobos hambrientos de la política claman por derrotas porque “cuanto peor, mejor” y un presidente que ya perdió todos los estribos y se muestra exaltado, impotente y peligroso.
Podemos discutir hasta el hartazgo si Guanini es mejor que Coronel o si Velásquez tiene que jugar solo o con Spinelli de acompañante. Pero la derrota más dolorosa no fue ante River, no fue deportiva, la derrota que duele es la dirigencial, la de “cuatro tipos” que sentados alrededor de una mesa no se pueden poner de acuerdo para tirar todos del mismo carro. Cuanta miseria, por favor! [El Teclado]
Gimnasia esta más cerca de la Primera Nacional, hoy más que ayer, dependiendo de la desgracia ajena (que caigan Aldosivi, Banfield, Arsenal) que de las virtudes propias. Cada semana se abre un nuevo capitulo y se enciende una nueva ilusión que lleva un solo nombre y apellidos: Diego Armando Maradona.
Godoy Cruz se anuncia como próximo destino, Diego y su revolución llegarán a Mendoza para seguir soñando con el milagro de la permanencia. Mientras tanto, el “sillón de calle 4”, sufre por las peleas de miserables dirigentes.