El domingo por la tarde, se realizó sobre calle 54, 7 y 8 de la capital bonaerense, la Primera Asamblea Nacional de Trabajadoras de Prensa. Allí también se le dio voz a diferentes referentes del movimiento de mujeres que quisieron saludar el espacio. Entre las presentes estuvo María del Carmen Verdú, integrante histórica de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) y activista de la lucha por los Derechos Humanos. 

“Yo recién di una vuelta grande porque tenía varios lugares en los que me había comprometido a estar y verdaderamente asombra ver la cantidad de compañeras que se han dado cita acá, yo creo que pasamos lejos las 200 mil que estaban previstas” dijo Verdú, en diálogo con El Teclado. 
 

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La abogada destacó el rol de la militancia feminista en la defensa de los Derechos Humanos y contra la represión. Incluso, dentro del Encuentro hubo varios talleres dedicados a debatir ese temática. “Recién cuando veía la asamblea de las trabajadoras de prensa, me acordaba de una anécdota súper personal pero fundacional en el caso de CORREPI que fue cuando nos conocimos con Marta Ferro, trabajadora de prensa del Diario Crónica, militante lesbiana, socialista y delegada histórica del medio en los años ‘80. Y Marta decía en relación a CORREPI ‘yo soy la que tiene la culpa de todo’ porque fue ella quien, en 1991, le dio al papá de Walter Bulacio el teléfono para que se comunicara con nosotras que estábamos en pleno período de organización incipiente. Por otro lado, hay un dato objetivo que nunca dejamos de señalar y es que del total de femicidios, el 20 por ciento son cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad. Un porcentaje que no tiene correspondencia con ningún otro tipo de ocupación sobre la tierra, lo que nos demuestra cómo se potencian la violencia patriarcal y la violencia estatal”, sostuvo Verdú. 

Asimismo, recordó que no siempre se definieron como feministas, sino que fue un proceso en el cual siempre fueron mayoritariamente mujeres. Ello puede verse en varias organizaciones de Derechos Humanos, no sólo en CORREPI, sino Abuelas o Madres de Plaza de Mayo, por ejemplo, en las que son las mujeres familiares de las víctimas quienes se han agrupado.

“En el año 2009 tuvimos un plenario de CORREPI en Mar del Plata y estábamos eligiendo a las compañeras y compañeros para la mesa de dirección; la mayoría éramos mujeres, en parte porque la mayoría de las familiares de las víctimas de gatillo fácil que participan son compañeras, pero también en el resto de la militancia de la Coordinadora somos en su mayoría mujeres. Y en ese momento, un compañero dijo ‘estoy podrido de la conchocracia’, término que quedó absolutamente institucionalizado y lo entendimos hasta como elemento de lucha. Mucho antes de proclamarnos como feministas incluso, hablábamos de que éramos conchócratas”. [El Teclado]