Este jueves por la mañana en el Teatro Coliseo Podestá, se presentó el nuevo registro de Violencia Institucional a cargo de la Procuración General de la Suprema Corte Bonaerense. Estuvieron presentes el vicegobernador Daniel Salvador, el presidente de la cámara de Diputados Manuel Mosca, el procurador Julio Conte Grand y los ministros de Justicia y Seguridad, Gustavo Ferrari y Cristian Ritondo.
Según explicaron, el organismo comenzará a sistematizar las denuncias por violencia institucional para generar estadística e iniciar sumarios a los funcionarios públicos acusados por ese delito. Pero, irónicamente, esta semana La Plata y otros distritos del Conurbano se realizaron requisas a los pasajeros varones en distintas líneas de colectivo.
Desde la cartera de Seguridad bonaerense informaron que se trata de una medida excepcional, tomada tras el violento homicidio del chofer Carlos Sánchez en Claypole y otros similares. "A veces hay que pedir disculpas por esta molestia, pero debemos tener la seguridad para los que viajan y para los trabajadores que muchas veces enfrentan el riesgo de perder la vida", dijo Ritondo en diálogo con la prensa.
"Se pierden 5 minutos para identificación con entrega de documentos pero es para prevenir. Esto se hará hasta que se incorpore el sistema de cámaras que llevará un tiempo y mientras así sea seguiremos con estos controles", advirtió.
El defensor del Pueblo, por su parte, se mostró en contra de las requisas arbitrarias: "Tenemos que evitar los excesos policiales, es claramente una decisión política y cualquier disminución de derechos hacia los ciudadanos lo repudiamos más allá que el fin sea noble”, dijo Guido Lorenzino y añadió que "el fin no justifica los medios".
TESTIMONIO
El Teclado habló con Fermín Rodríguez, un joven de Punta Lara cuyo caso, quizás, es el más insólito de todos: vivió dos requisas así en solamente un día. Este miércoles cerca de las 20:30, a la altura del Hipódromo de La Plata, el micro de la línea 275 en que viajaba se detuvo. Alrededor se veía mucha, mucha policía.
Pasaron veinte minutos. Estaban requisando el micro de adelante y ellos debían esperar su turno. "Terminaron con ese micro, subió toda la policía, nos hicieron bajar a 'los masculinos', nos pararon a todos con las manos contra el colectivo y nos palparon de armas en todo el cuerpo", contó Rodríguez.
Después de requisarlo le preguntaron si tenía algo comprometedor; él dijo que no pero le hicieron abrir el bolso y lo revisaron. Luego los dejaron volver a subir. Según contó el joven a este medio, "a los que preguntaban (cuál era la razón de la requisa) no les respondían" y en ningún momento les solicitaron el DNI.
De regreso a Punta Lara por la entrada a la Isla Río Santiago, a eso de las 00.30, la policía volvió a frenar el micro en que viajaba. En esa ocasión solo hicieron bajar a "un pibe con capucha", le pidieron todos sus datos y lo dejaron volver a sentarse. Según pudo saber esta agencia, hechos similares pasaron también en uno de los micros de la línea Roca, que viaja desde Villa Elisa a La Plata.
El jefe de la Departamental Diego Bravo justificó el accionar de la fuerza: "La gente tiene que saberlo y estar calma porque son operativos que buscan llevar tranquilidad a los pasajeros, no son razzias ni nada parecido a otros tiempos como se está diciendo. Son operativos para poder establecer que nadie lleve elementos prohibidos que puedan derivar en episodios desgraciados con los pasajeros o con los choferes", aclaró.
Cabe recordar que las requisas -a diferencia de los cacheos superficiales- son ilegales en territorio bonaerense, ya que la policía solo puede actuar así "de urgencia" y teniendo al menos un indicio de que la persona haya cometido un delito recientemente. [ET]