CABA

Agredieron en plena avenida Corrientes a un joven por ser gay: "Si la gente no hace nada, es cómplice"

Miercoles, 05 de Julio del 2017 - 19:38 hs.
Cristian Tomás Palacio es periodista, tiene 27 años y vive en San Martín. El domingo a la tarde fue hasta Capital Federal, Villa Crespo, para esperar a un amigo chileno con el que iría a un congreso LGBT. "Antes de salir el pibe me dijo: 'Mirá que voy con un vestido, ¿va a pasar algo? Y yo le dije 'no, no va a pasar nada, estamos en el centro de la ciudad'", cuenta con resignación a El Teclado.  Esperaba a la altura de la estación Ángel Gallardo cuando vio a un hombre "rubio, alto, rapado, con campera de cuero, chupín y borcegos militares". Estaba con su hijo de no más de seis años, jugando a la pelea. Después de comprar algo en un quiosco, el hombre miró al niño y le dijo algo que Cristian no llegó a escuchar. El niño negó con la cabeza.  "El tipo vuelve a preguntar; el nene no lo mira y le responde que no". Después se acercó hasta Cristian, a unos cinco centímetros de su cara, y le preguntó: - ¿Qué colectivo me lleva para Avenida Cabildo? - La verdad que no tengo idea- respondió él. El hombre torció a mirar a su hijo y le inquirió: - ¿Qué le hacemos a los putos que tienen un arito acá?- señalando la parte baja de su nariz, en referencia al septum de Cristian. Él caminó unos pasos y se dio cuenta: "Me había preguntado lo del bondi para escucharme la voz".  - ¿Qué, me vas a arrancar el aro? -  ¿Qué te pasa, puto de mierda? - dijo el hombre y se le fue encima. Cristian empezó a correr, por plena avenida Corrientes, mientras escuchaba los gritos: "Te voy a cagar a palos, puto de mierda".  "Me paré en medio de la avenida y le dije 'vení, pegame y que toda la gente te vea; sos un neonazi y le estás enseñando a tu hijo que me cague a palos por puto'. A todo esto, los autos no frenaban. Yo estaba en medio de la avenida con los brazos levantados. El chabón me empieza a correr, corre tres cuartos de cuadra y en el trayecto rompe dos vidrios retrovisores", cuenta Cristian.  Ninguno de los autos frenó.  Recién después de unos minutos, una mujer se acercó al niño que no dejaba de llorar. "Unas chicas se quedaron acompañándome y el tipo se fue para otro lado con el nene. Una de las chicas, cuando nos quedamos hablando, me dijo que el nene decía 'papá, estoy cansado de que hagas esto'. Así que se ve que no era la primera vez que lo hacía".     [ET]: Acá fuiste víctima pero, ¿cómo evaluás estos hechos como militante?
A raíz de esto me enteré que el sábado le pegaron con cadenas cerca de Niceto y Humboldt, en plena capital federal. Hay como una oleada. Creo que el cambio, más allá de que siempre lo veamos en materia política y económica, también es social: O sea, hay un avance de la derecha que siente la impunidad de salir a la calle nuevamente a atentar contra nuestros derechos, lo que conquistamos.  Antes era políticamente incorrecto decirte un insulto por puto, porque veníamos de otro gobierno, otros pensamientos, no sé. Estaba el ojo de la sociedad puesto en eso, y ahora pasa desapercibido y la gente decide estar como espectadora. Por eso lo mío fue gritar.  [ET]: ¿Es la primera vez que te pasa? No. Me pasó en Lacroze, a la salida de (la fiesta) Plop; había un grupito que esperaba a todos los maricas que salíamos y así, de la nada, por caminar 'raro', nos cagaban a palos. Me pasó en diciembre en la fiesta de Orgullo en Lucha, en MU, a una cuadra de Congreso.  Lo que siempre trato de hacer es animar a la solidaridad de la gente, pedir ayuda. Y lamentablemente la gente no da respuestas. Esto se podría cambiar visibilizando, exponiendo al agresor. Que la gente se entere lo que está pasando, cualquier violencia que tenga que ver con orientación sexual, identidad de género o género en sí: exponerlo, dejarlo en evidencia. Y si la gente no hace nada, es cómplice. [ET]