Cómo opera la violencia simbólica: “Los medios deciden exponer a la mujer víctima y cubrir al varón agresor”
En la víspera de un nuevo Paro Internacional de Mujeres y con un promedio alarmante de femicidios en lo que va del 2020, se vuelve imperiosa la necesidad de profundizar acerca de todos los tipos de violencia de las que son víctimas las mujeres y disidencias: violencia física, simbólica-mediática, sexual, psicológica, económica y la lista sigue. Pero, ¿cuál es el rol que juegan los medios de comunicación a la hora de narrar este flagelo?
En diálogo El Teclado, la abogada feminista Marina Benítez Demtschenko, especialista en Derecho Informático con Perspectiva de Género y presidenta de la Fundación Activismo Feminista Digital, ahondó en los pormenores de una problemática cotidiana: la forma en que la violencia simbólica que se ejerce desde los medios masivos para con las femeneidades en general y las víctimas de violencia machista en particular.
“La posición de los medios es exponer a las víctimas mujeres y cubrir al varón agresor”, explicó la abogada e hizo hincapié en que, aunque en ocasiones los medios esgrimen que no muestran la cara de los agresores y/o femicidas porque muchos de ellos aún no recibieron condena judicial, son otros los verdaderos motivos que conducen a los programas de radio y TV a profundizar en la vida e intimidad de las víctimas y, a cambio, reservar la información e imagen del agresor.
“La idea de no mostrar al victimario es simplemente a los efectos del momento en que pueda llegar a pensarse en una rueda de reconcomiendo. Si ya pasó un determinado tiempo de investigación penal, deja de tener sentido que se lo cubra o blurear su cara. Por eso, la verdadera razón por la que los medios cubren al violento es por una cuestión de cofradía machista, simple y concreta”, profundizó la especialista.
Dijo, en ese sentido, que los medios “exponen a la víctima, generan morbo, ganan consumo de su propia estructura mediática y le dan a la comunidad lo que quiere que es, en definitiva, la continuidad de la violencia machista simbólica, la cosificación, la posibilidad de opinar y especular sobre esa mujer. Y, a cambio, no exponer al agresor, porque eso no vende”.
La violencia simbólica refuerza patrones y estereotipos que naturalizan y legitiman patrones de machismo y desigualdad. Dice Benitez Demtschenko que mucha de la información que muestran los medios acerca de la vida privada de las mujeres víctimas de violencia no es importante para la sociedad pero se publicita para generar morbo.
“No es importante que la sociedad sepa qué hacía la víctima antes de ser víctima, o dónde trabajaba, o quiénes fueron sus parejas anteriores. Eso no es de interés público, por tal no debe estar expuesto al ojo o a la opinión”, resumió.
Además, nombró casos emblemáticos, como los de las fallecida actriz mediática Natacha Jaitt o la modelo Jazmín de Grazia que, si bien no fueron víctimas de femicidio, representan casos icónicos sobre el tratamiento morboso de los medios. Es que, en ambas instancias, se viralizaron y replicaron imágenes de sus cuerpos desnudos. “Son dos mujeres que, en el momento posterior inmediato de su fallecimiento fueron virilizadas a un punto máximo”, reflexionó.
La abogada habló, además, sobre las pocas posibilidades que tienen las mujeres de llevar sus demandas a la justicia. Aquellas que, sin ser víctimas de femicidio, sufren otros tipos de maltratos y agresiones, deben soportar también la vejación de los medios, y soportar la violencia simbólica “que genera repercusión inmensa en la vida de la víctima: la perfila, la coloca frente al ojo público con determinadas características que la van a acompañar toda la vida”.
“Pero, nosotras, que tenemos menos acceso a la Justicia, no podemos hacer nada aunque nos sintamos vulneradas”, lanzó, con bronca. Y remató: “Porque el acceso a la justicia para nosotras es caro, es machista y es difícil de sostener. Somos las más precarizadas, así que si salimos para ir a una audiencia a tribunales tres veces por semana nos rajan del laburo. El acceso a la justicia para nosotras es un problema estudiado por organizamos internacionales. Estamos en desventaja”. [El Teclado]