Nora Cortiñas, con la palabra justa por la liberación de genocidas: "Me molesta profundamente"
La liberación de detenidos a raíz de la pandemia abrió un fuerte debate en el seno del gobierno, de la sociedad y de los organismos de Derechos Humanos. Miles de presidiarios se volcaron a pedir las liberaciones amparados en su estado de salud y el riesgo que corren dentro de las cárceles cuando trabajadores de diversos servicios penitenciarios comenzaron a dar positivo para coronavirus.
En este contexto, quienes se ampararon en su edad, fueron los genocidas detenidos por las atrocidades cometidas en la dictadura militar. Jorge Capdevila, represor y partero de la ex ESMA vinculado a la apropiación sistemática de bebés, fue uno de los beneficiados con la prisión domiciliaria con la firma a favor del juez Daniel Obligado.
La palabra justa en todo esto, como siempre, la tiene Nora Cortiñas. “Nuestros desaparecidos siguen desaparecidos. La condena la tienen, tuvieron juicios a derecho, a veces ni les dieron la pena que se merecían. Y si tienen miedo porque están hacinados en la cárcel que los separen y les den lavandina, jabón y alcohol en gel para que mantengan su higiene”, dijo la referente de Madres de la Plaza a Infobae.
“La Justicia está medio equivocada. No tiene en cuenta que hubo juicios, que se cometieron crímenes horrorosos de lesa humanidad, que nos siguen ofendiendo además del daño que hicieron. Tienen que cumplir la condena completa, para eso luchamos tantos años”, puntualizó Nora Cortiñas a Infobae.
Para la integrante de la Comisión Provincial por la Memoria, la Justicia debería determinar “aislarlo debidamente” en lugar de mandar a Capdevila a su casa. “Pero además, en los penales hay hospital”, remarcó Cortiñas desde su casa, donde cumple con el aislamiento obligatorio.
Además, agregó: “La Justicia está medio equivocada. No tiene en cuenta que hubo juicios, que se cometieron crímenes horrorosos de lesa humanidad, que nos siguen ofendiendo además del daño que hicieron. Tienen que cumplir la condena completa, para eso luchamos tantos años”, puntualizó al medio.
Capdevila cuenta con al menos tres condenas por violación a los derechos humanos, todas cometidas en el centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA, donde participó de la apropiación de menores y fue partícipe de los peores tormentos cometidos en la época más oscura de nuestro país. En 2011 fue condenado a 20 años de prisión sumada a otra de 15 años también por delitos de lesa humanidad y otra última de 10 años de prisión que ya había agotado.
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“Me molesta profundamente. Cuando les dan domiciliaria a los genocidas me siento mal con la Justicia. Si hubo juicio y se comprobaron los delitos aberrante no hay más lugar que la cárcel", cerró Cortiñas.
Capdevila es uno de los 1.280 presos que según el Servicio Penitenciario Federal integra el grupo de presos de mayor riesgo de contraer coronavirus.
De acuerdo al fallo, Obligado rechazó concederle la libertad porque entendió que "no se encuentran dadas hoy las condiciones para la reinserción social del condenado Carlos Capdevila" pero otorgó la prisión domiciliaria en Córdoba capital por sus "circunstancias particulares", dado que está por cumplir 70 años y tiene "hipertensión arterial, cáncer de próstata y dificultades motrices". [El Teclado]