Con una larga tradición en la industria textil y del calzado, contando con mano de obra altamente calificada y reconocida a nivel nacional, desbastada por las políticas económicas de los últimos 4 años que produjo más de 5 mil desocupados en el distrito, la pandemia transformó desempleo en producción. En la actualidad en el programa trabajan más de 70 mujeres desde su domicilio con equipamiento propio en lugares acondicionados que producen 7000 barbijos por día.
El distrito de Coronel Suárez –ubicado al sudoeste de la provincia de Buenos Aires-- no es ajeno a lo que sucede a nivel nacional; el Intendente Municipal Ricardo Moccero desde el 20 marzo impulsó políticas de acción que hicieron se retrase el ingreso del virus, movilizándose con el propósito de equipar el área de Salud, avanzando en la ampliación del hospital municipal, multiplicando la cantidad de camas y el equipamiento en respiradores e insumos hospitalarios, contando con el apoyo de la cooperadora del nosocomio local que se sumó a trabajar por toda la comunidad.
De igual modo se movilizó en materia de producción y teniendo en cuenta la vasta trayectoria textil que posee el distrito de Coronel Suárez, instó a mujeres desocupadas a la fabricación de barbijos hospitalarios y en tal sentido, podríamos decir que Coronel Suarez se convirtió en una gran fábrica ya que en la actualidad no existe un barrio donde por lo menos no haya una operaria que junto a su compañera de toda su vida laboral y su máquina de coser, todos los días le den vida a un proyecto que tiene como condimentos fundamentales la solidaridad, el compromiso y el amor.
[GENERAR TRABAJO PARA SALVAR VIDAS]
Apoyado en la fortaleza generada por la alta calidad de la mano de obra y de que muchas de las operarias desempleadas poseían en sus domicilios equipamiento para costura (máquina de coser industriales y hogareñas) por decisión del Intendente Ricardo Moccero se impulsó un programa diseñado y coordinado por la secretaría de Producción (con el asesoramiento de la secretaría de Salud) y el respaldo de la cooperadora del Hospital Municipal Doctor Raúl Caccavo.
Este programa apuntó a dos objetivos fundamentales: por un lado proveer al área de salud y demás áreas municipales de la cantidad necesaria de barbijos a un valor absolutamente inferior al del mercado y por otro lado, generar para el grupo de confeccionistas un ingreso importante para la economía hogareña.
Y fue así que casi a la par del inicio de la pandemia, se llevó adelante la compra de la tela de triple capa con una antibacteriana en una fábrica de la ciudad Buenos Aires. Luego los rollos se llevaron al lugar de corte, donde una familia procedió a realizar la tarea, que dio comienzo a la fabricación de barbijos y su posterior distribución.
En la actualidad trabajan en el programa más de 70 mujeres desde su domicilio con equipamiento propio en lugares acondicionados para tal fin que producen 7000 barbijos por día. [El Teclado]