El juicio que repasará el secuestro y las torturas sufridas por 197 personas detenidas clandestinamente en la sede policial de 1 y 60 en La Plata quedó un paso más cerca de comenzar luego de una audiencia preliminar en la que las partes acordaron avanzar “por etapas”. La causa pondrá en el banquillo a 19 represores, ex militares, policías bonaerenses y personal de inteligencia imputados por  los delitos de privación ilegítima de la libertad, torturas y abuso sexual.

Guadalupe Godoy, abogada de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, habló con El Teclado Radio acerca de los puntos centrales que se expusieron en dicho encuentro preliminar, al tiempo que discurrió acerca de la necesidad de que, aún en tiempos de aislamiento, los juicios contra los responsables de los crímenes de lesa humanidad no pierdan el sentido reparatorio que tienen para las víctimas en particular y la sociedad en general.

“Pedimos esta audiencia en las querellas porque las condiciones de debate que habíamos resuelto en diciembre pasado quedaron desvirtuadas por la pandemia. Teniendo en cuenta que en otras jurisdicciones se están reabriendo los juicios, queríamos saber qué pensaba el Tribunal y poder expresar nuestras posiciones”, contó.

Y agregó: “En La Plata estos juicios tienen un gran acompañamiento social. Por eso tenemos que conciliar la necesidad de que el juzgamiento continúe, sin que los juicios pierdan el sentido público y reparatorio que tienen”.

Audiencia preliminar Juicio 1 y 60 La Plata. Muy fuerte todo, muy difícil, muchas preguntas, nuevos desafíos a los que el movimiento de ddhh está más que acostumbrado. pic.twitter.com/FEdqlqLuA3

— Guadalupe Godoy (@guadalgodoy) June 24, 2020

Respecto a lo que concierne específicamente a la causa de 1 y 60, Godoy contó que es un juicio que muestra, en su mayoría, detenciones que tuvieron lugar el 24 de marzo del 1976, fecha de inicio de la dictadura cívico-militar. Contó la abogada que, para ese entonces, la policía “no tenía muy aceitado el sistema de centros clandestinos” por lo que las víctimas fueron personas que, en primera instancia, fueron llevadas a 1 y 60 pero que “luego de un tiempo muchos de ellos fueron liberados y otros pasaron a la unidad 9 de La Plata como presos políticos”.

“Es un juicio que muestra muy bien cómo, desde el inicio del golpe de Estado ya estaba planificado y detectado a quién la dictadura consideraba enemigo, que era el sector obrero y estudiantil de la zona”, reflexionó en relación a las características que comparten la mayoría de las 197 víctimas.

La audiencia preliminar celebrada en los últimos días se realizó en el edificio de los Tribunales Federales de La Plata y estuvieron presentes los integrantes del Tribunal, Ricardo Basílisco, Nelson Jarazo y Roberto Lemos Arias, además de abogados representantes de las querellas, la Unidad Fiscal y las defensas. Según relató Godoy, el consenso entre las partes fue amplio sobre la necesidad de conjugar la continuidad del juicio con el sentido que los juicios tienen para sobrevivientes, familiares de víctimas y la totalidad de la sociedad.

“Lo principal es pensar cómo conjugamos el sentido reparatorio y profundamente político que tienen los juicios. La Comisión por la Memoria, por ejemplo, estaba pensando en hacer acompañamiento de esta causa con colegios de la zona. Hay que evaluar, entonces, si está la urgencia o si esperamos”, contó. Y ejemplificó: “Cuando consulto a los querellantes muchos me dicen ‘quiero declarar ya’, mientras que otros me dicen ‘llevo 43 años esperando, prefiero esperar dos meses más y hacerlo acompañado’”

En este marco, la abogada reflexionó también sobre cómo se procederá de aquí en más sin perder de vista la voluntad de los trabajadores que estarán involucrados en el proceso. “En el caso particular de los organismos que represento, nuestro planteo tuvo que ver con que la etapa inicial sea presencial siempre y cuando los trabajadores estén de acuerdo con eso, porque son quienes tienen que poder el cuerpo”, argumentó.

Y sobre los posibles modos de avanzar camino al juicio, concluyó: “Podemos escuchar a aquellos que ya iban a declarar por video conferencia, como el caso de quienes viven en el exterior y que después volvamos a replantearnos. Tenemos que reflexionar en estos juicios lo que implicaría el testimonio en un hogar, en soledad, con un acompañamiento dificultoso y pensar cual sería el sentido de hacerlo de esa manera sin desvirtuar el sentido que tienen que tener los juicios”.

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