Siguiendo la estrategia electoral de Cambiemos al pie de la letra, María Eugenia Vidal volvió a polarizar -después de un breve descanso- con la expresidenta Cristina Ferández, precandidata de Unidad Ciudadana. Cristina compite con Esteban Bullrich pero el enfrentamiento, por el peso político de ambas y la reclusión del ex ministro de Educación durante la campaña, está destinado a seguir.
Vidal tiró la primera piedra apenas seis días antes del acto de Cristina en Arsenal, durante el anuncio del descuento del 50 por ciento en Banco Provincia. En conferencia de prensa, desmintió el vaciamiento de los comedores escolares durante los días de paro docente y apuntó directo contra la líder del todavía innato Unidad Ciudadana.
"Quiero decirle a Cristina Fernández de Kirchner que estamos acostumbrados a que el kirchnerismo haga campaña con mentiras", sentenció. CFK se anotó un poroto en Arsenal, devolviéndole el palito sin nombrarla: "Podrás tener coaching, te podrán guinar los discursos, podrás poner carita de buena, pero esta es la realidad que tenemos que encarar. Yo nunca guioné mi vida, mis pensamientos, ni ideas", sentenció la expresidenta.
Los cruces se mantuvieron y hasta fueron fogoneados por Elisa "Lilita" Carrió en Mar del Plata, tras su regreso de campaña a la provincia después de un tenso distanciamiento con Vidal. Hay un dato certero: Unidad Ciudadana conserva el primer lugar en las encuestas, pero la gobernadora sigue teniendo una aprobación superior a la de CFK.
Ahora, en una entrevista con Diario Popular, Vidal criticó el vestuario de Cristina y alegó un cambio de look más adaptado a lo popular por parte de la expresidenta. "Me sorprende (el cambio). Yo soy de las que creen que en la vida y en la política uno tiene que ser la misma persona, y que los personajes no sirven, porque no se sostienen. Uno es como es, con sus defectos y sus virtudes, y tiene que exponerse a la sociedad con esos defectos y esas virtudes para que la sociedad lo elija. Todo lo que sea disfraz, no sirve", lanzó.
Y se atajó rápidamente para defender su propio look, donde los ponchos abundan. "Una vez fui a Rojas y unas mujeres divinas me regalaron uno hecho por ellas, y me di cuenta que era calentito, como andaba tanto tiempo en la calle me gustó, y después las mujeres de otros pueblos me regalaron más ponchos y así empecé a usarlos, porque me abrigaba, era cómodo y representaba muy bien a muchas mujeres de mi provincia. Eso es así: cuando vos te ponés el jean o el poncho porque creés que te va a dar votos, se nota", afirmó.
La polarización entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, aunque intente ser disuelta por parte de Sergio Massa, Florencio Randazzo y el propio oficialismo, crece. Y ahora, parece, llegó al ropero. [El Teclado]