Por María Eugenia Suárez
“Menstruar
es político” dicen las activistas que desde hace años trabajan en la
planificación e implementación de políticas públicas de gestión menstrual
sostenible. A horas del Día Internacional de la Higiene Menstrual repasamos las
distintas aristas con las que se busca romper el estigma y la desigualdad
económica alrededor de un hecho que acontece en la vida de la mitad de la
población.
El pasado viernes 28 de mayo se conmemoró el Día Internacional de la Higiene Menstrual, fecha en la que organizaciones de todo el mundo realizaron acciones de concientización para que la menstruación sea abordado de una manera integral teniendo en cuenta no sólo el factor económico, sino también social, educativo y el vínculo con el medioambiente.
La
utilización de toallitas, tampones y copas menstruales significan un costo
económico extra para las mujeres y personas que menstrúan. El dato es más
complejo si se tiene en cuenta que las mujeres tienen una menor participación
en el mercado laboral, ganan menos, enfrentan los mayores niveles de desempleo
y tienen empleos más precarios. Las limitaciones económicas no sólo son una
barrera para acceder a productos de gestión menstrual, tienen implicancias en
la salud, la educación y el trabajo.
Las cifras difundidas en el informe realizado por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género que encabeza Mercedes D’Alessandro, “Justicia menstrual.Igualdad de género y gestión menstrual sostenible”, dan cuenta de las dificultades económicas de las personas menstruantes a los Productos de Gestión Menstrual (PHM). En este sentido, el documento puntualiza que el costo anual en productos de gestión menstrual es equivalente al 86,8% de una Asignación Universal por Hijo y de un 77,1% del salario promedio del primer decil.
Es que si bien se tratan de productos indispensables para la mitad de la población estos continúan gravados con el IVA. Además, a los números hay que sumarle la falta, muchas de veces, de acceso a agua limpia e instalaciones sanitarias adecuadas, y de información para promover el saber lo que genera desigualdad.
“Menstruar
representa un costo extra e inevitable que deben enfrentar las personas con
salarios más bajos que el promedio de la economía y mayores obstáculos para insertarse
en el mercado laboral formal. Este problema, no obstante, no se reduce solo a
las mujeres. Los varones trans y muchas personas no binarias también enfrentan
el costo de menstruar”, destaca el documento.
[POLÍTICAS
PÚBLICAS]
En Argentina
existen 16 proyectos de ley nacional sobre gestión menstrual y decenas de
iniciativas de programas provinciales y municipales.
El viernes,
el Congreso de la Nación se iluminó de rojo para dar visibilidad a la agenda de
las personas menstruantes. La iniciativa fue impulsada por las diputadas
nacionales del Frente de Todos, Mónica Macha, Gabriela Estévez, Daniela Vilar,
Jimena López y Laura Russo, para resaltar la importancia de una política de
acompañamiento menstrual.
"Sabemos
que se trata de un tema muchas veces silenciado y estigmatizado que tiene un
efecto directo en nuestros proyectos de vida", indicaron las legisladoras
en un comunicado, al señalar la importancia de trabajar "en el
acompañamiento y la transición hacia el uso de materiales sustentables".
El año pasado la diputada Vilar presentó un proyecto de ley para lograr un “Plan Nacional de Gestión Menstrual Sustentable”. Según precisó la legisladora lo que se busca es que “tener información completa sobre todos los productos de gestión menstrual que existen y su impacto en la salud y en el ambiente” y que “promueve la creación de políticas públicas de incentivo a la producción nacional de productos de gestión menstrual sustentable y la incorporación de estos productos al Programa Precios Cuidados”. Además, indicó que este proyecto propone crear un Observatorio de Gestión Menstrual para que el Estado en conjunto con la sociedad civil “genere información y datos para la creación políticas públicas que ayuden a reducir las desigualdades de la menstruación”.
"Sabemos que se trata de un tema muchas veces silenciado y estigmatizado que tiene un efecto directo en nuestros proyectos de vida"
En la
provincia de Buenos Aires, el distrito de Morón fue el primero en avanzar conun programa de gestión menstrual para personas vulnerables. El proyecto
propuesto por la concejala del GEN Sandra Yametti asegura la provisión gratuita
de productos de gestión menstrual.
[ACTIVISMO]
Con la
creación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y la Dirección de
Economía, Género e Igualdad la menstruación apareció en la agenda pública. A lo
largo del último año, como se mencionó, no sólo se presentaron iniciativas para
atender los costos de la gestión menstrual, también se pusieron en
funcionamiento programas específicos para la compra y distribución de
productos.
Sin embargo,
mucho antes que la lupa del Estado se pusiera sobre el tema, decenas de organizaciones
trabajan para hacer visible lo que muchos querían reducirlo a una acción del
ámbito privado.
“Activismos Menstruales en Red nace como un espacio que reúne a distintos grupos activistas que trabajamos menstruación desde hace un montón de tiempo en respuesta a una avanzada que tuvo el tema en políticas públicas, lo que está buenísimo pero lo que vemos es muchas veces las iniciativas terminan en una mera entrega de productos, algo más asistencialista, siendo que la menstruación está bueno tomarla como algo mucho más integral”, señala a El Teclado Carolina Zotta parte del emprendimiento Viva La Copita e integrante de esta red federal.
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Publicado por Mónica Macha en Viernes, 28 de mayo de 2021
El espacio
busca que se entienda el contexto de la persona a la que se le va a entregar el
producto. “En red trabaja sobre varios ejes: sobre economía, que apuntamos a
los costos y a la necesidad de bajar el IVA, sobre salud y también el impacto
de los productos descartables sobre el cuerpo porque casi no hay estudios sobre
eso y en el medioambiente”, destaca.
Según un
estudio elaborado por la organización Economía Feminista las 10 millones de
mujeres en edad menstrual de Argentina producen 132 mil toneladas de basura no
reciclable ni biodegradable anualmente. Un reciente estudio de la Defensoríadel Pueblo de la Provincia indica que el 75% de las personas menstruantes saben
“poco” o “nada” sobre los componentes de los productos de gestión menstrual y
señala que a la hora de elegir un producto descartable se prioriza “la
facilidad”
A pesar del
estigma que todavía significa hablar de menstruación, la Zotta considera que
hay otra apertura. “A nivel social vemos mucha aceptación con el tema. Incluso
en los productos de gestión menstrual hay otra información, otra accesibilidad,
accesibilidad que ahora tenemos que ver de qué manera se le garantiza a quienes
no tienen los recursos para poder acceder. El otro día alguien preguntó cuál
fue la primera vez que te pusiste a pensar qué hace una persona que está en
situación de calle con su menstruación y es interesante porque no nos lo
preguntamos”.
“Está
avanzando, pero falta. Pero al entrar en la agenda política nos pareció que
reunirnos, hacer una puesta en común sobre lo que los activistas vienen
laburando es una forma de avanzar en términos de cómo se van a implementar esas
políticas”, completó la mujer. [EL TECLADO]