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  Especiales   17.07.2019 - 10:00   
ABUSOS EN LA IGLESIA
Habló una nueva víctima del cura Eduardo Lorenzo: “Es el peor monstruo que conocí en mi vida”
Julián Bártoli relató los padecimientos que le causó el sacerdote y ex confesor del Padre Grassi. "Es un manipulador, violento y perverso que casi logra cagarme la vida”, relató y mandó su apoyo a las demás víctimas: “Estamos con los brazos abiertos esperándolos para que se haga justicia”.
Habló una nueva víctima del cura Eduardo Lorenzo: “Es el peor monstruo que conocí en mi vida”

Este martes se conoció el testimonio de una nueva víctima de abuso del cura Eduardo Lorenzo, que actualmente –y a pesar de tener una denuncia penal por abuso sexual con acceso carnal - sigue ejerciendo cómo párroco en la iglesia de Inmaculada Madre de Dios de Gonnet. “El abuso del cura Lorenzo me persiguió hasta en el vínculo con mi hijo”, declaró la víctima, Julián Darío Bártoli y agregó: “El día que lo denuncié me saqué una mochila que cargaba hace 20 años. Lorenzo es el peor monstruo que conocí en mi vida”.

En este marco, el joven encabezó una conferencia de prensa convocada por la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina, dónde manifestó que fue abusado por el cura Eduardo Lorenzo en el colegio Nuestra Señora de Lourdes entre los años 1999 y 2001, cuando tenía 13 años.
 


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En esa línea, narró que, con la excusa de realizar foros de seguridad en el barrio, el cura se metió “de lleno” en la vida de la iglesia y la escuela, espacios que, dijo, usaba “para esconderse a plena luz del día detrás de su sotana” mientras en realidad “elegía a sus víctimas”, detalló Bártoli, que por aquel entonces era boy scout y colaboraba en la parroquia.

"Casi todo los viernes, con la excusa de planificar la actividad del día siguiente., Lorenzo generaba cenas en su departamento con líderes scouts y yo. Un adulto de 40 años con un chico de 13 años. Él se bañaba, se perfumaba, se ponía su pijama y me decía que lo llevara a dormir, que le diera besos en el cuello. Me hizo creer que yo era su amigo y él no tiene amigos, tiene víctimas", recordó Julián, que este año declaró en la causa penal abierta contra Lorenzo que se tramita en la Unidad Fiscal de Investigaciones 1 de La Plata, a cargo de Ana Medina.
 


[Lorenzo junto a María Eugenia Vidal en la asunción del monseñor Tucho Fernández  - Foto: El Teclado]


En la actualidad, Bártoli está casado, es padre de dos hijos y tiene una empresa de energías renovables, sin embargo, fue después de 20 años que logró poner en palabras las conductas violentas e inapropiadas que sufrió de parte del cura: “Durante los dos años de abuso, mi vida se tornó un calvario psicológico, en el que yo era sometido todos los días a diferentes tipos de maltrato causados sólo por cómo estaba vestido o  porque me cortaba o no el pelo. Cualquier cosa era válida para destruir mi autoestima”, recordó Julián sobre el hostigamiento que sufría por parte de Lorenzo, que es capellán del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y fue confesor de Julio César Grassi.

En su relato, Julián recordó que Lorenzo tenía como modus operandi hacer fiestas en quintas que él mismo alquilaba, en las que había alcohol y participaban hombres mayores y varones menores de edad. Y agregó: “Una vez en una de estas reuniones, él me manda a llamar a su habitación y cuando entro, estaba semi desnudo exhibiendo su pene acostado en su cama. Yo pensaba, con mi inocencia, ¿este hombre no se da cuenta que está desnudo?", describió.


Bártoli contó que, hasta sus 24 años, mantuvo este calvario en silencio y no fue hasta que conoció a su actual esposa, Marianela, que pudo comenzar a contar lo que define como “el trauma más grande de mi vida”.

“Los fantasmas volvieron a aparecer con el nacimiento de mi primer hijo. Los abusos de Lorenzo hicieron que los primeros años de su vida yo pensara que cuando lo bañara, durmiera con él o lo abrazara no fuera a pasar que repitiera lo mismo que Lorenzo hizo conmigo. Además de eso, sufrí ataques de pánico, pensamientos oscuros, pesadillas. Todo esto se transformó en una mochila que debía cargar conmigo cada día de mi vida”, narró Julián, visiblemente angustiado.
 


“Ver a un adulto desnudo a dos metros no es algo normal para un chico. En su juego perverso él esperaba que yo me acercara a la cama y consumara lo que él estaba buscando. ¿Qué les parece que puede generar una situación así en la psiquis de un niño?”, se lamentó.



Sin embargo, algo cambió cuando, en marzo de este año, Bártoli leyó la historia de León, otro joven que hace ya 11 años atrás denunció a Lorenzo por abuso sexual. “Cuando leí su caso reconocí casi calcado lo que yo había pasado: las palabras, las situaciones, los maltratos. Ahí decidí sacarme esta mochila. Ingresé a la Red de Sobrevivientes de Abuso eclesiástico y de a poco me fui rearmando”.

“Yo le quiero hablar a Lorenzo: quisiste cagarme la vida y casi lo lográs, me introdujiste en la mente y en mi cuerpo conceptos que no son normales para un chico de 13, fuiste un perverso, un abusador, un manipulador y un violento. Fuiste el peor monstruo que conocí en mi vida. Pero no pudiste conmigo. Estamos enteros y firmes. Tu mentiras se van a terminar. Cada vez vas a tener que defenderte de más víctimas. No vamos a parar hasta que se haga justicia”, concluyó.  [El Teclado]


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